Mirando fijo al reflejo de sus ojos en los mios, la parte de adentro de mi alma, me dijo sin siquiera dudarlo por un segundo: "no te aflijas y camina por la Tierra que asi lo llevas clavado en la medula de tu nombre, no te aflijas y anda vagando lejos de tu patria extranjero de alma, que asi te ha bautizado el mundo, anda de una vez, anda y cuenta lo que ves, anda a encontrarte con tu destino, anda, simplmente anda, Peregrino". Hern(anDa)nielPellegrini
lunes, 27 de febrero de 2012
Monologo de dos ignorantes
Monologo de dos ignorantes
"Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa..."
Jose Mujica
Venga amigo, quiero enseñarle un juego. Un juego en el que como cuando usted era chico y su primo lo buscaba adentro de placares o detrás de paredes, lo más divertido será buscar. Venga, amigo, que el juego de la búsqueda es divertido. Busquemos juntos, amigo. Busquemos a través del discurso y de la discusión; de la defensa de lo que se cree correcto, busquemos juntos a través del argumento a favor de los valores sobre los cuales se debe construir, amigo. Cuénteme que es lo que piensa, que es lo que cree, no tenga miedo, amigo; discutamos, o mejor si usted así lo quiere; dialoguemos, que para eso somos dos, dos logos.
Venga amigo, juguemos. Abandonemos el estado actual de las cosas donde todo se ha polarizado tanto que, al esgrimir la defensa del propio pensamiento, se convierte uno en un terrorista extremo; en un enemigo acérrimo. Venga amigo, olvidémonos que (tal como está hoy el mundo y visto desde ese otro costado -el de los suyos o los míos) cuando se calla para escuchar, se convierte aquel uno mismo terroristaenemigoacerrimo , en un paria, un débil, alguien que no sabe de ideales, un simple e inútil cagón.
Venga amigo, discutamos con todo la fuerza de nuestro intelecto. Saquemos lo mejor de nuestros argumentos, forcémoslos hasta el límite de la imaginación para juntos construir un argumento más fuerte.
Venga amigo, juegue conmigo; que cuando destruyo su punto de vista lo hago intentando crear un punto de vista más amplio; tan amplio que en vez de pulverizar su edificio de naipes, ponga un piso encima del que usted acaba de imaginar. Venga amigo, destruya usted también el mío; logre convencerme dando una explicación que le ponga un techo a lo que hasta ese entonces mi limitada inteligencia podía, en la soledad de su ignorancia, construir. Sigamos jugando amigo, que el juego se va poniendo cada vez más divertido.
Venga amigo, juegue conmigo; escuche a mi ignorancia hablar, yo escuchare a la suya. Así, juntas (quizás hasta de la mano) nuestras ignorancias podrán encontrar una verdad a medias que a la postre no sea más que una ignorancia mas grande. Venga amigo, que veo una gigante fusionada ignoranciamediaverdad salir flotando por el aire. Que emocionante será amigo mío, cuando, junto con la media verdad de estos otros dos que juegan aquí al lado, nuestra media verdad vaya encontrando más y mas pequeñas medias verdades, mas grandes ignorancias. Se imagina, amigo una inmensa media verdad efímera en la cual usted y yo, sentados en esta misma mesa, veamos un pedacito de nuestra ignorancia?
Venga amigo, juegue tranquilo que así sentaremos jugando un interesante punto de partida para el que nos siga. Su juego partirá de una ignorancia más enorme, de una media verdad más pequeña. Venga amigo, juegue conmigo, que si no se nos consume el tiempo sentados frente a la pantalla. Volvamos a incentivar la mente, amigo, no nos quedemos sentados frente a nosotros mismos por miedo a no alcanzar nada.
Como la utopía de Galeano, la verdad absoluta se nos escapara siempre por un paso, amigo; estará siempre 100 metros delante de nuestras narices como el faro de una tierra inalcanzable, como la boca de la mujer que no nos ama. Mas, que mas da amigo? Este juego de buscarla es tan pero tan divertido.
Venga amigo, juegue conmigo el juego del conocimiento que no es (como nos han hecho creer desde chiquititos) el juego de las verdades. Venga amigo, aprendamos juntos que no tendremos jamás la verdad ni usted ni yo. Mas por eso mismo, sigamos disfrutando de escuchar al otro esgrimir su ignorancia. Demos más y más lugar a que la ignorancia del otro nos saque el miedo a esgrimir la propia. Creo que nunca me he divertido como en este momento, amigo.
Venga amigo, juéguese la primera frase. Hágame usted saber, jugando y jugando, discutiendo y dialogando, esgrimiendo y escuchando, que el juego del conocimiento no es el juego de las verdades sino el juego de las ignorancias; un juego donde uno más uno en vez de dos, es un uno más grande o, en realidad, mirándolo correctamente, tan solo un medio.
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