Atrapado, en el medio, entre vos y lo inexistente, entre vos y el paso siguiente, en un abismo infinito de gentes y minutos y segundos y metros cubicos de lugares que existen pero solo en una realidad que es tan irrelevante que se deshace en millones de momentos que no logro recordar. Encapsulado, en este ahora, en este hoy, que existe solo después de aquel segundo maldito, imborrable, en el que perdiendote para siempre, en el que atrapandome en este laberinto de paredes que cubren el sol entero con sus riscos in-divisables, mataste a mi alma, y me dejaste por una inconmensurable eternidad, entre medio del amor y el ocaso, flotando, sin sueños, cara a cara con la muerte, con destino hacia la nada.
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