lunes, 26 de diciembre de 2011

Silencio de Paraná

Silencio de Paraná



El mejor antidoto conntra el esceptisimo es la ilusion
                                              Rosario, Diciembre 2011




Perseguí un sol mas grande, con un pulgar mas chico. Vi en la tranquilidad del Paraná quel tiempo no era mi aliado, mas no era mi único enemigo. Por las calles qu(h)e tanto escrito caminé como nunca antes, y me abracé a ilusiones de vapor. Probé, no probé, fui, vine, vine, fui y comencé a escribir algo a lo quele falta 58 capítulos. Ni uno mas, ni uno menos. Se hizo de noche y abrí los ojos, se hizo de día y los mantuve abiertos. Así anduve nueve tardes y ocho mañanas. Cuando por ultima vez anochecio y supe que(h)abría de volver encandilado, con la cara quemada y la insatisfacción del encuentro frustrado, comprendí quen la búsqueda del antídoto contra el escepticismo, el desencuentro queno mata la ilusión de vapor perdida por calles angostas. era mi amigo mas cercano. Es queme deja, aunque sea por un año mas, con el deseo de querer sentarme otra vez en la barranca de un Paraná callado, a esperar quea mis espaldas susurre las letras de una ilusión cualquiera o una esperanza vaga, queme empujen de nuevo, a comenzar a buscarla.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

London and I

Londres y yo

"Que al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver"



Asomó a las luces y sintió que no quería escribir sino caminar. En realidad significaba, bien lo sabia el, que quería escribir mas necesitaba procesar lo que le estaba ocurriendo, verlo con ojos de afuera; hacia adentro. Oxford Street se iluminaba con las luces de los pinos de brillantes simulados en el cielo, uniendo las veredas, haciendo las veces de puentes intangibles de duendes navideños. Miró hacia arriba y desvió la mirada. Miró hacia abajo y acusó el golpe. A cada baldosa de esa calle gris de asfalto y cal, le faltaba un trozo propio, una porción de si misma, un cuarto superior derecho. Londres sin ella, era como ella sin Londres. Un oxímoron; una nada absoluta; una Mona Lisa sin ojos. Es solo una calle, se dijo a sí mismo en voz alta y una mujer de medias oscuras, pollera oscura, tapado oscuro, ojos brillantemente rubios y pelo transparentemente azul (o quizás al revés) lo miró con la simpatía del que pretende haber entendido el lenguaje pero solo a leidole a uno el cuerpo. Es solo una calle; y continuo río abajo hacia Regent; solo otra calle. La esquina de H&M le trajo recuerdos intermitentes pasados a la velocidad de un sketch de Benny Hill. Ojos verdes, tapado oscuro, comida rápida, ¿que haces vos acá, chabón?, amigo desconocido, estoy, solo estoy, rechazo anticipado, lagrima fingida, lagrima real, regreso, sorpresa, vida, serenidad, amor, futuro planeado, futuro frustrado, anticipo de muerte, anuncio de muerte, aceptación de la muerte, ilusión infundada, obsesión infundada, muerte, luto, muerte, luto, muerte, pretensión de felicidad, locura, velocidad, Benny Hill, vida, mas vida, demasiada vida, sonrisas, ojos chinitos, tranquilidad, Londres, Oxford, Regent, recuerdo intermitente; y un aire frío que le golpeaba por debajo de los agujeritos de la nariz y le entraba hasta la parte reptiliar del cerebro. En Regent se detuvo y camino hacia Carnaby; una tercera calle; otra.sola.calle. Sola como el. Solo por las calles. Decidió seguir el sonido de las gaitas llamándolo a lo lejos. Una marcha de guerra atrayéndolo a su encuentro. Al encuentro con el sonido de gaitas, al encuentro consigo mismo; al encuentro con las gaitas mismas que se encontraban con su sonido propio. Atravesó mareas de chinos, negros, ingleses, latinos, árabes, australianos y fantasmas con un movimiento de hombro derecho metiéndose hacia adentro, de brazo derecho extendido corriendo al mundo de su 'enfrente'. Londres es realmente la cara del mundo, los rasgos todos del universo, pensó; y abandonó la idea inmediatamente para volver al llamado de las gaitas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca para notar que eran dos instrumentos; dos hombres soplando en una bolsa de gamuza, se detuvo. Abrió los dos brazos e inclinó la cabeza hacia el cielo. La musica le tocó las entrañas e impulso la catarsis del olvido transformándola en ojos de vidrio. Vidrio grueso, verde, de botella. Se negó a llorar. No en Londres. No de nuevo. Y cerrando los ojos transformó el momento en una sonrisa amplia. Aun mirando al cielo, aun con los ojos cerrados, la cabeza inclinada y los brazos abiertos, espero la lluvia golpearle la parte inferior de los parpados. Mas el cielo no estaba aun listo. Pasaron minutos que no pudo contar en tiempo. La imagen bennyhillesca se repitió con recuerdos diferentes, todos a la velocidad de una película que quiere ser vista mas no interpretada. Gotas de lluvia en la cara, Tufnell Park, Bar antiguo, cine, Daniel Day Lewis, Habrá sangre ¿habrá sangre? M&Ms, Oxford St ahora mas de noche, hotel barato, sexo triste, sexo con amor, mas sexo triste, frases de Borges dando vuelta por la cabeza, mañana inesperada, sol que no sale, caminata por Soho, vuelta a la realidad, Carnaby street, esperar la lluvia; cielo que no estaba aun listo. Las sirenas policiales irrumpiendo la sinfonía de las gaitas lo trajeron de vuelta. Carnaby Street y su último pub al fondo a la derecha hacían ahora las veces de llamado, un llamado silencioso. Caminó lento como quien no quiere llegar a donde se dirige; de la misma forma que caminamos todos hacia la muerte; el pensamiento le dio gracia y echó a reír. Adentro del bar las paredes de rojo y los borrachos de blanco. Las sillas tapizadas de verde y el resto todo marrón, marrón madera. Se sintió ajeno, a gusto en la ajenidad del bar; en la naturalidad de lo incómodamente solo. Al primer whisky le siguió el segundo y al segundo el tercero; mas al cuarto le siguió el sexto con ese acortamiento natural del tiempo que solo puede producir el exceso de alcohol en la sangre. Creyó haberse detenido al décimo. La cantinera se llamaba Tonda y era de San Francisco. 07503272900. En el anverso de una manchada tarjeta de nicholsonpubsurvey.co.uk el numero se veía mucho menos sensual que detrás de los ojos inquisitivos enmarcados por lentes negros. Sonriente e insatisfecho se fue de nuevo a la calle. Sintió.que.todo.tiempo.pasado.habia.sido.mejor. Mas deseo que nunca más se repitiera. No habría jamás de nuevo una primera impresión de Tonda; ni un decimo vaso de whisky; ni una sirena interrumpiendo  la rítmica quintaescencia de dos gaitas enamoradas de una la otra. No habría jamás de nuevo un Londres silencioso de una mañana del Soho, ni habría mas sangre, (¿habría mas sangre?). No habría jamás ese sexo con tristeza, ni ese sexo con amor, ni Tufnell Park, ni rechazo, sorpresa, vida, muerte, muerte, vida. Caminó de nuevo por Carnaby hasta Oxford y recordó que no deseaba aquel día escribir. Entonces, haciendo un bollo con el papel y dejando caer la birome, agachó la cabeza y se resigno a vivir aquel momento; el momento justo, el instante exacto, en que en aquel irrepetible Londres de Diciembre de 2011, comenzaba a llover.